¡Hola Manu!
Principalmente quiero contarte cómo he vivido mi experiencia en el Daruma Taiso y lo que personalmente me ha aportado.
Cuando empecé a practicarlo tenía bastantes problemas físicos debidos a mis lesiones (escoliosis dorso-lumbar y tendinitis crónica del supraespinoso en uno de mis hombros). Mi movilidad era bastante limitada y los dolores bastante fuertes. Yo iba a rehabilitación por entonces casi continuamente, con pequeños periodos de descanso, aparte de dos veces por semana a natación. La verdad es que era bastante agobiante estar continuamente en rehabilitación, y un día me dijo el médico rehabilitador que intentara hacer algún tipo de gimnasia no muy fuerte para ver si así podíamos distanciar las sesiones.
Por aquel tiempo tú estabas dando clases de Daruma Taiso en el colegio donde estudiaba mi hijo. Fuí a hablar contigo, a explicarte mis problemas y preguntarte si tú veías posible mi incorporación a tus clases. Me dijiste que creías que con algunas limitaciones en algunos de los ejercicios podría hacerlo y que además a tí te gustaba ayudar a los demás, que podíamos intentarlo, así que me incorporé a tus clases y llevo cinco años en ellas, es una de las mejores cosas que he hecho en mi vida.
Al principio me diste una serie de directrices a seguir en ciertos ejercicios, cosas que fuí aprendiendo poco a poco y gracias a tu constancia. Creo recordar que alucinabas bastante cuando ibas descubriendo mi escasa movilidad en general, pero cuando me sentía totalmente ridícula tu me animabas a seguir adelante diciéndome que poco a poco iría consiguiendo esa movilidad.
Según pasaba el tiempo iba consiguiendo pequeñas cosas, pequeñas grandes cosas mejor dicho, porque aunque erean mínimas para mí eran cosas que no pensaba poder hacer. Aunque sigo teniendo poca flexibilidad, para mí es muchísima y pienso seguir ganándola con el tiempo.
Mis dolores cada vez eran menores y mi satisfacción mayor. Poco a poco me fui dando cuenta de que para mi el Daruma Taiso era algo más que una gimnasia, para mi era una forma de recuperar salud. Y cada vez estaba más enganchada a practicarlo, me sentía muy bien, así que aumenté mis horas de clase.
Otra cosa que me han aportado tus clases ha sido relajación y tranquilidad. Durante estos años he pasado por momentos muy difíciles en mi vida personal, incluso temporadas en las que he tenido que medicarme, pero realmente creo que el asistir a tus clases me ayudaba mucho más que la propia medicación. Podía entrar en clase sintiéndome fatal, incluso algunas veces sentía ganas de subirme por las paredes, pero al salir de clase era una persona nueva, dejaba todos esos sentimientos negativos fuera de mí.
¡¡Y encima ahora me he animado a practicar defensa personal!! Estoy muy contenta de ello. He conseguido gracias a tus clases sentirme mejor tanto físicamente como psicológicamente. En estos cinco años he ido solo una vez a rehabilitación, de esto hace ya cuatro años, algo totalmente impensable hace unos años.
Esto es una pequeña forma de agradecerte todo lo que he conseguido gracias a ti, de decirte que has sido una persona muy importante en mi recuperación, que estoy orgullosa de poder tenerte como mi maestro y por supuesto que espero que lo sigas siendo muchos años más. Gracias por estar con nosotros. Besos desde mi corazón.
Firmado: (escrito por una alumna anónima de Madrid a su profesor de Daruma Taiso en 2007)